Ando bastante escasa por los pasillos de mi casa,
la cabeza no se me sostiene, danza.
El corazón va volándome, se descalza.
Mi Delirio contempla el ambiente, y naufraga.
Pero cuando la melodía en mente suena,
tan solo se le escucha a ella, y me susurra consuelos de madre,
me cobija de la demencia, y me canta esperanzas si le miro a la cara.
Tan solo dejarme querer olvidar...
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