He aquí la guitarra eléctrica que adquirí a principios de año.
Tenía tantas ganas, pero estaba muy lejos de mí, económicamente hablando. Entonces un día la suerte se puso de mi parte; en el centro donde estudio organizaron un concurso de redacciones, y el premio: 200 machacantes. Jamás pensé que podría, y ya ves tú. Quién iba a decirme que por intentarlo conseguiría un sueño tan preciado.
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