He aquí la guitarra eléctrica que adquirí a principios de año.
Tenía tantas ganas, pero estaba muy lejos de mí, económicamente hablando. Entonces un día la suerte se puso de mi parte; en el centro donde estudio organizaron un concurso de redacciones, y el premio: 200 machacantes. Jamás pensé que podría, y ya ves tú. Quién iba a decirme que por intentarlo conseguiría un sueño tan preciado.
Como flores hermosas, con color, pero sin aroma, son las dulces palabras para el que no obra de acuerdo con ellas...