Siéntate

tras

mi

retina.

Le gustaba ver los trenes desde la lejanía, acercándose poco a poco, lentamente. Y cuando se daba cuenta de que realmente estaban ahí, que con la fuerza del rayo se apoderaba de las vías, ya era demasiado tarde para notarlo con manos y pies. Ya no se atrevía.

Toda una vida viéndolos pasar, pensando cuando tocará.

Cual de esos trenes tan lejos le llevará.

¿Cuánto tendrá que llover? ¿Cuántas vidas tendrá que malgastar soñando que algun tren se parará?

Niños de los cuales su sabiduría y perspectiva saben en el fondo que es valiosa.
Adultos que su inconsciencia, envidian y hacen cuajar, haciéndoles creer que ellos son los inferiores. Edad no es poder, y detrás de la experiencia, no siempre sabiduría.
Inocencia, pureza, es pura ciencia.

No hay libertad sin soledad.

"Y ya llegó la mitad del verano..."

no tengo espacio para tanto vacío